Estas líneas las escribo a la hora que acostumbro escribir, de madrugada, con el desvelo de la palabra que no me deja quieta ni dormir. Es la hora en la que desde que soy mamá abro los ojos y despierto para reflexionar, la hora que me correspondía dar pecho, las 3:00 am. Minutos más o minutos menos cada día abro los ojos aún. A veces tomo un libro, otras leo mensajes que no he tenido chance de leer y otros escribo, en una libreta, en un post it, o aquí en mi correo, desde el celular, otras bajo hasta la computadora y escribo, como hoy sin motivo aparente, aunque detrás siempre vaya una razón, un pensamientos necesario para leer, para escribir, ese algo creativo que me roba sueño y me regala vida.
Cuando escribí NOSotras, hice honor de dónde vengo, todavía algunos me pasan factura por contar tanto, otros valoran que fuese de las primeras voces en salir del closet con la LIVIANDAD, de hablar de la #MALAMAMÁ sin miedo, cuando no era tendencia, ni una cuenta de Instagram. Que hablar de nuestro mundo emocional apremia en el mundo corporativo, que hablar del amor que te rompe, te fortalece.
Nuestra primera PIJAMADA sin duda no podía ser de otro tema sino la MATERNIDAD, y en PIJAMAS cuando NO ERA TENDENCIA.
Más de diez años me ha tomado escribir sobre ser Madre desde el lugar que siento me pertenece. Mientras mis hijas también crecían. No es que no haya escrito, creo que casi a diario lo hago, es parte de lo que me constituye, lo he hecho antes, claro que sí, ¡Escribí un unipersonal¡ ¡Generé un emprendimiento como @pijamadaamorpropio a partir de esta realidad femenina! Y aún así ha sido sólo una parte de mi la que pude procesar, nombrar y dejar afuera en pedazos del unipersonal, hay mucho más que he dejado en el camino, que mis hijas presienten, mi pareja intuye y las mujeres con las que me atiendo y que también vienen a mi mentoría escuchan, en forma de cuento para inspirarnos, y que me hacen eco en sus historias. ¡Me faltan horas! ¿Necesito tiempo?
Dice Jordan Peterson que por más que creamos que estamos o creando una narrativa de la realidad, siempre será tomada de una referencia, de una narrativa que tomamos prestada para entender una realidad, por eso nuestra realidad sigue siendo infinita, pero nuestra mente para entenderla es aún limitada. Así que Mujeres sigamos, quizás contando cada una su historia, alcanzemos a ver todos los ángulos de nuestro paso, de historias que nos hablen de esa totalidad sin límites vista por una mujer. Cada mujer.
Hay una MAMÁ que voy SIENDO con más fuerza. Una mujer post-pandémica a lo mucho, distinta a lo menos. Soy la Madre que abraza la Mujer que soy, la Madre que ve dentro de mi, la que abraza a mi MADRE y también la NIÑA que fui.
Llevo un diario sin escribir, he crecido para contar mis historias a partir de mi experiencia y siempre ocurre que allí está alguien, con su voz que me acompaña, y cuando miro a lo lejos somos más, muchas más, que hemos hecho el pacto de estar aquí, sororas, comprometidas, creciendo y sanando.
Mucho ha pasado en este tiempo desde el unipersonal NOSotras donde contaba el viaje de una mujer que se pierde, a ratos, de sí misma, por el amor de pareja,en la maternidad, y cuando ya se encuentra allí se da cuenta que debe regresar a su verdadera esencia.
Y sigue siendo ese viaje personal el que me lleva a seguir y a entusiasmar con la idea a otras mujeres, otras nosotras. La Pijamada fue el producto de varias circunstancias. La necesidad de quienes al terminar la obra, se quedaban conversando, esperando por más. Entonces desarrollé varios productos junto a Daniela Méndez, psicoanalista venezolana radicada en Chile y con quién en sesiones desarrollamos el corazón de la marca y yo escribía cada producto, comenzando por NOSotras para hablar sobre ser mamá, cuando ella si quiera vislumbraba su maternidad.
La primera experiencia con una parte del unipersonal y al finalizar un conversatorio que titulé #MalaMamá, una madre que se da a sí misma tiempo y espacio, para poder entregar a sus hijos “alas para volar” fue entonces junto a Dani en Chile. Al regreso a Venezuela, se hizo una primera #PijamadaMalaMamá, luego del Taller #EntreNOS con ejercicios prácticos junto a Daniela Egui, directora de la obra y coach ontológico, y mujer y profesional en el mundo corporativo. Vimos que había una necesidad sentida de una experiencia desde el disfrute que contara nuestras historias.
Se nos ocurrió entonces convocar a mujeres de los medios, el arte, teatro, radio para que uniéramos nuestras historias en una experiencia transformadora, nació la PIJAMADA.
Desde ese día hasta hoy hemos compartido con casi 500 almas de mujeres en 8 ediciones, 5 presenciales, y 3 virtuales, todas vivenciales y el gran descubrimiento es que todas ellas, esas mujeres también necesitan ser escuchadas.
Quiero estar aquí con y por mi, para mis hijas, para ti. Al final del día quiero que mis hijas encuentren un lugar con la VOZ de su MAMI, me encuentren y también las voces de tantas otras mamás que a diario nos desvelamos, pensamos, soñamos en madrugada. Las que nos paseamos por nuestro sentir y corazón para tomar acción desde un te quiero. Me quiero y te digo TE QUIERO. Y eso ya es declarar AMOR.
Hoy más que nunca vivimos esta expansión, nos hemos paseado por el Amor Propio desde el reconocimiento, pasando por las historias y la sororidad, hasta llegar a los temas de salud mental que estos tiempos nos colocan a flor de piel para saber qué debemos atenderNOS, amarNOS y unirNOS.
Deseamos que te lleves a tu vida mucho de lo que hacemos ¿NOS ACOMPAÑAS?