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El verdadero orden que nos sostiene

El verdadero orden que nos sostiene
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Escribo estas líneas en la noche, luego que pasé el día entre recoger la casa, agendar reuniones con mi equipo de trabajo, preparar la comida, buscar a mi hija menor en el colegio, llevarla a la natación, regresar por su hermana mayor, llegar a casa, atender a una formación, y finalmente sentarme frente al computador para esbozar algunas reflexiones  que se me hacen urgentes.

Hace unas semanas Jacinda Ardern renunció como primera ministra de Nueva Zelanda porque “Ya no tengo suficiente (gasolina) en el tanque”, declaró. El mundo quedó asombrado que una mujer que ha sido referencia como líder, lo anunciara cuando tantos sueñan con posicionarse el mayor tiempo en el poder.

Esta líder, mujer, que se caracterizó por una administración empática y pudo hacer frente a los momentos más retadores y duros durante la pandemia del COVID-19, ataques terroristas e incluso desastres naturales, se va a sus 42 años con el compromiso de no dejar la política y seguir trabajando  como diputada por su Partido Laborista neozelandés.

Su sucesor y colega  Chris Hipkins, será el nuevo líder del partido y nuevo primer ministro del país. En su discurso, que parafraseo, ya que se lo escuché a mi esposo en su episodio de su podcast, afirmó “que él protegería en lo sucesivo más la familia.” Pocos saben del acoso que fue objeto su antecesora, su esposo y su hija.

Y es que lo que más llamó mi atención en el discurso de Ardern fue “que se dedicará a la familia, en especial, a la maternidad.” Para quiénes no recuerdan, Jacinda estuvo embarazada en el primer año de su mandato, y ha afirmado en distintas ocasiones que ahora desea dedicarse al comienzo de la fase escolar de su hija de cuatro años.  Además fue objeto de escándalo por salir de fiesta con las amigas, y presuntamente desatender el cargo, cuando en realidad se daba espacios necesarios para ella.

No pude evitar hacer un viaje al momento en el que dejé el mundo corporativo, como tantas, como muchas, porque ya mi hija mayor Bernarda quería otras cosas: ir al ballet, que estuviera más tiempo con ella. Tomé la decisión frente a mi jefa de dejar mi “dream job” para estar presente-presenta con mis dos hijas, una de ellas de apenas 6 meses. La verdad es que dentro de mi había otras razones que al poco tiempo entendí, que ya me llamaban a dejar lo que hacía: el techo de cristal, satisfacción personal, vocación de servicio, otras perspectivas del trabajo que hacía, en fin.

Sí, la dinámica de la maternidad me llamaba con muchísima fuerza mas internamente había algo más profundo. Al poco tiempo entendí que deseaba “regresar al hogar pero nunca para ser florero”. Comprendí que otras mujeres como yo soñaban con proteger sus espacios para sí mismas y desde allí podían ser, no sólo las mejores madres, sino las personas plenas que vinimos a ser más allá del trabajo, más de lo que se espera de una profesional exitosa. Porque sabemos que éxito se escribe en primera persona y en subjetivo.

De un lado del espectro tenemos a la mujer profesional que siente la culpa y la necesidad de dedicar más tiempo a su fin de ser madre, y en el otro extremo se encuentra la mujer-persona que mantiene un compromiso consigo misma, de su mayor propósito. Y es en esa danza, en esa negociación que habita nuestro “humanizarnos.”

Ayer madrugaba con la noticia de Marie Kondo, quién revelaba su conflicto con mantener la casa en orden por su rutina como madre. ¡Boom! ¿Me sorprendió que aquella mujer japonesa y divina, que nos enseñó en Netflix a organizar la casa con la regla del “spark joy” y a descartar todo aquello que ya no está en uso, hiciera esa confesión? No, lo soñaba y esperaba (hasta con ansias). Se nos revela finalmente humana, real, frente a nuestros ojos. Todos, hombres y mujeres, frente a una pantalla, observamos como nuestro caos nos arropaba, y su método, cual desatanudos ponía felicidad a nuestras vidas con cinco pasos:

  1. Descartar por categoría. …
  2. Cada categoría subdividirá en varias categorías. …
  3. Sólo mantener aquello que nos daba alegría “spark joy”…
  4. Después de descartar, organizar e ir por todo los espacios. …
  5. Hacerlo todo de UNA! ¡Ajá!

Todos logramos la reclasificación, organizar y descartar, pero ¿hacerlo de UNA? ¿Con niños? He allí el punto, y gracias a esta revelación de Marie Kondo, nos ha hecho cercano el asunto.

Para mi, una #CasaViva requiere desorden, que las cosas se muevan, se ensucien. Y más allá, que muchas veces declaremos, que necesitamos ayuda o que ¡ya no queremos más! ¡Que se acabó la gasolina! Y esto aplica a política, relaciones personales (Shaky, Miley, Paquita o Alanis) etc.

Ahora bien, quiero aprovechar esta ventanita para hablar de la sobreexigencia personal en tiempos de redes, especialmente a las mujeres, esto es real. Muchas llegamos de nuestros trabajos, o comenzamos con nuestra lista de pendientes en casa: limpiar, los niños, organizar la comida, los menúes, etc. Estoy segura que pocos, por no decir ningún hombre, colocarían estas actividades como distractores de sus tiempos de productividad, como nos invitó hoy Gaby Correa en la #ProductivityWeek.
 
Agradezco al final del día que estos casos nos sirvan de referencia para unos tiempos en los que valoremos nuestro hacer, con menos juicio. 
 
Me senté a escribir y no sabía cómo terminar este post de nuestro blog. No tenía ni idea de cómo terminar esta entrada hasta que en nuestra Masterclass con @creadoresquecreen se quedó en mi cabeza la frase “eliminar las cosas que no son importantes para TI”. Quizás el verdadero orden sea aprender a ordenar nuestra mente, valorar nuestro tiempo, comprometerNOS con nosotras y serNOS fiel en el camino. 
El verdadero orden que nos sostiene
Ingrid Serrano Duque
Creadora de la Pijamada Amor Propio y de @sinmentemindfulness. Comunicadora, Locutora, Escritora y Actriz. Locutora de @pijamadaamorpropio #ElPodcast.