He estado reflexionando acerca de cómo mis cicatrices hieren profundamente a las personas que mas amo. Desde muy pequeña el sentimiento de soledad ha estado muy presente en mí, y en muchas ocasiones me ha llevado a aislarme como mecanismo de defensa hacia el “abandono” (cabe destacar que el abandono más común es el propio, abandonarnos a nosotros mismos, nuestros deseos, nuestras metas, nuestras ilusiones…).
Hay ciertas “ausencias” que no he sabido elaborar y que me llegaron a crear “corazas” inconscientes de protección, las cuales lejos de ayudar terminan reforzando el sentimiento de soledad y saboteando mis relaciones. Parte del despertar que he estado viviendo, es lograr identificar esos patrones pre establecidos y aprendidos en algún momento por el mal manejo de emociones, para desaprenderlos y “volver” a aprender, porque si bien las personas que amamos probablemente pueden un día ya no estar o simplemente ya cumplieron un propósito en nuestras vidas y la relación evoluciona, debemos vivir al máximo el presente y agradecer y disfrutar de las personas que están en el momento y lo aprendido de las personas que ya hicieron su paso por nuestras vidas cerrando un ciclo.
Dicen que la depresión es exceso de pasado y la ansiedad es exceso de futuro, yo convivo con ambas en simultáneo, eso NO me hace mártir, víctima, “complicada” o “desequilibrada”; por le contrario me hace una mujer empática, considerada y comprensiva aunque hay momentos en que pierdo la paciencia (estamos trabajando para mejorar el servicio).
Sé que no es justo ni fácil para las personas que amo y que conviven conmigo, escucharme decir que me siento sola, y me duele profundamente herirlos. Por eso trato con este escrito de aclarar, que aunque suene feo, que esa soledad nada tiene que ver con los demás, sino conmigo y el hecho de que no he sabido procesar mis ausencias.
Hay situaciones en las que nos sentimos solos por miedo a ser “poco comprendidos” o por tristeza, pero eso no quiere decir que estamos realmente solos, de hecho a lo largo de mi vida he sido bendecida con un gentío que ha llegado para quedarse incondicionalmente.
A ustedes: GRACIAS, LOS AMO.